Hay libros que no son para todo el mundo. Este libro no era para mí.

Con el tiempo, me he dado cuenta de que no llegué a entender el estilo de la autora. La mezcla de idiomas, que para otros puede ser enriquecedora, a mí me sacó completamente de la historia.

La falta de un hilo conductor hizo que me resultara imposible seguir la trama, y no llegué a captar su ironía.

Me di cuenta de esto en el club de lectura. Cuando mis compañeras comenzaron a desentrañar la historia y a analizarla desde sus propios puntos de vista, comprendí que era yo quien no había logrado conectar con ella.

Aun así, estoy agradecida de que una compañera la propusiera, porque gracias a esta singular novela disfrutamos de uno de los días más emotivos desde que comenzamos a reunirnos.

Si aún no has asistido a un club de lectura, te invito a que busques uno en tu ciudad. Nunca sabes adónde puede llevarte una historia hasta que la compartes con otras personas.

Es en estos encuentros donde se crea una confianza tan grande con personas a las que apenas conoces, que los sentimientos emergen sin que puedas controlarlos.

En el club, uno puede mostrar esas partes que permanecen ocultas, todo ello gracias a las historias y a ese fenómeno que se produce cuando personas que comparten intereses similares se reúnen.

Tengo mucha suerte de haber encontrado este lugar y quiero agradecer a mis compañeras del club y a mis libreras por hacer que esto sea posible.

En cuanto a la novela, no puedo decirte mucho más, ya que solo fui capaz de leer hasta la página treinta.