El primer libro que leí de la autora fue Manual para damas cazafortunas. Ese libro me resultó muy divertido y además ligero. He de decir que, aunque este también es así, me gustó más el primero.

Dicho esto, comienzo con la reseña de Manual para damas afortunadas.

El estilo ligero e irónico de la autora sigue presente en esta novela. En ella nos encontramos con nuestra protagonista Eliza, quien siempre ha sido una excelente hija y esposa, a pesar de que jamás su marido se ha preocupado por ella. Tras el fallecimiento de este, en la lectura del testamento, todos se sorprenden al descubrir que el conde Somerset le ha dejado una gran fortuna.

Es ahora cuando nuestra protagonista cree que podrá ser libre, pero la realidad es que su exnovio y lord Somerset es el otro heredero del difunto y quien está encargado de que Eliza cumpla la última voluntad de su tío: mantener el decoro y comportarse como hasta ahora.

Esta es una novela de época en la que la búsqueda de la libertad es el objetivo principal de nuestra protagonista, quien debe empezar a mirar por ella misma y sus necesidades, dejando atrás las expectativas de los demás.

Sin embargo, en su camino se va a encontrar con un hombre que hará que toda su fortuna peligre.

No he leído esta novela de manera tradicional, me explico: comencé a leer los primeros capítulos y me invadió la necesidad de hacerme espóiler, por lo que leía capítulos posteriores y volvía al que estaba. Al final, creo que he leído el libro completo, pero el orden no sabría decir cuál ha sido.

Esta es una novela para pasar un rato divertido y evadirte de los problemas. Te la recomiendo si te gustan las novelas románticas de época con protagonistas que no saben lo que necesitan hasta que lo descubren.