Hoy vengo a hablarte del tercer libro de la serie Antes de que se enfríe el café del autor Toshikazu Kawaguchi. Antes de que se enfríe el café y La felicidad cabe en una taza de café son los títulos de las dos novelas que preceden a esta tercera. En inglés ha salido ya el cuarto libro con el título Before we soy goodbye, que espero no tarde mucho en llegar a España.
Antes de leer El primer café del día, recomiendo leer los dos primeros libros para poder seguir el hilo de esta tercera historia, ya que, aunque la cafetería no es la misma, muchos de los personajes y la dinámica de la historia sí que lo son.
“Hay algo en lo que creo firmemente, y es que no podemos permitir que la muerte de una persona nos arrebate la felicidad. La razón es sencilla: si dejamos que todos los que mueren se lleven nuestra felicidad, entonces las personas que nacen vienen al mundo para ser infelices, pero la verdad es justamente la contraria. Las personas nacen para ser felices”.
Título: El primer café del día
Autor: Toshikazu Kawaguchi
Editorial: Plaza Janés
Páginas: 271
En el corazón de Hakodate hay un lugar extraordinario: una pequeña cafetería que sirve café con un aroma intenso y envolvente, capaz de hacerte evocar emociones lejanas y revisitar un momentos del pasado.
En ella se adentran personas valientes, como Yayoi, quien, privada del cariño de sus padres de pequeña, no cree poder afrontar la vida con una sonrisa. O Todoroki, cuyo éxito no le permitió apreciar la felicidad que siempre tuvo a su alcance. O Reiko, que nunca llegó a pedirle perdón a su hermana y ahora se siente culpable. O Reiji, para quien un simple «te quiero» representa un obstáculo insuperable.
A todos les gustaría poder cambiar lo que ya fue, pero borrar el pasado no es siempre la mejor opción. Lo que importa, como transmite Kawaguchi en esta emotiva novela, es aprender de él para construir un futuro más brillante.
Toshikazu Kawaguchi nación en Osaka, Japón, en 1971. Ha sido productor, director y escritor para el grupo de teatro Sonic Family Time. Como guionista, sus trabajos más importantes incluyen COUPLE, Sunset Song y Family Time.
Antes de que se enfríe el café (Plaza y Janés, 2021), su debut como novelista, está basado en la obra teatral homónima que recibió el primer premio en el festival de teatro de Suginami y cuenta con una exitosa adaptación cinematográfica en su país. Además, se convirtió en todo un fenómeno internacional que ya ha vendido más de tres millones de ejemplares en todo el mundo. Su segunda novela La felicidad cabe en una taza de café (Plaza y Janés 2023), también ha conquistado a los lectores y a la crítica. El primer café del día es la tercera entrega de la serie.
Nagare Tokita dueño del café Funikuri Funikura en Tokio, ha tenido que viajar a Hakodate para hacerse cargo de la cafetería Donna Donna mientras su madre, la dueña del local, ha ido a estados unidos.
El Donna Donna tiene la misma peculiaridad que el café Funikuri Funikura y es que en ella se puede viajar al pasado o al futuro si el cliente lo desea. Pero al igual que en la cafetería de Tokio, en el Donna Donna hay una serie de reglas que se deben cumplir para poder hacerlo.
El estilo cuidado al que nos tiene acostumbrados el autor sigue presente en esta tercera entrega. En esta ocasión, el cambio de escenario refresca la que podría parecer, a primera vista, una obra repetitiva, pues sigue la misma estructura cíclica que en las otras dos ocasiones. Al comienzo, hay una pequeña presentación de la cafetería y de los personajes principales. En esta novela, vuelven a ser cuatro los relatos en los que está dividida y, de alguna manera, todos están conectados entre sí.
No hay sorpresas en esta historia, pero tampoco las necesita. De hecho, se agradece que haya personajes a los que ya conocíamos. Creo que así no se pierde la esencia de la novela y al lector le resulta más sencillo conectar con los nuevos protagonistas gracias a la familiaridad de lo ya conocido, lo que hace que te sigas sintiendo como en casa. Al igual que en las dos prímelas partes, no hay grandes cambios o avances en los personajes principales, pero sí una evolución que es la consecuencia de poder ser testigo del cambio que sufren las personas que deciden ocupar la silla y viajar en el tiempo.
En esta ocasión, el autor no se centra tanto en las descripciones. Un ejemplo de ello es que en esta novela no se detiene tanto en la importancia de que el café sea servido por una mujer perteneciente a la familia, ni en la forma de servirlo o prepararlo. Pero eso es algo en lo que se profundiza en la primera obra, por lo que no se echa de menos en esta y hace que la lectura sea fluida debido a que en esta ocasión el autor es directo en lo que quiere contar.
Quizás esta sea, sin duda, la obra que más he disfrutado de las tres. Al principio, cuando me di cuenta de que la cafetería había cambiado, no tenía claro si ese cambio iba a ser para bien o no. Me sucedió lo mismo cuando conocí a los nuevos personajes que forman parte del día a día de la cafetería (no estoy hablando de los clientes que vienen para viajar al pasado). Pero he descubierto que esto enriquece la historia y es lo que ha ayudado a que disfrute de la lectura de esta novela mucho más que la de las otras dos. Me ha gustado mucho que el autor decidiera mantener la esencia de lo que significa la cafetería y la posibilidad de viajar al pasado para reencontrarte con alguien a quien aún te quedan cosas por decir. En este caso, la desesperación de los personajes por recuperar a la persona que ya no está, y la idea de considerar dejar de vivir si no lo consiguen, puede que sean los temas principales de la obra.
Y aunque el final no es lo que me esperaba, de nuevo te deja con un sabor agridulce en los labios. Te animo a que le des una oportunidad a esta novela.