Seguro que, al igual que a mí, en algún momento te han rechazado. Bien en un trabajo, bien en un concurso al que te hayas presentado, o como en este caso, al enviar tu propuesta a una editorial.
En cualquiera de estas situaciones, estoy segura de que tenías todas tus esperanzas puestas en conseguir ese objetivo en el que llevabas tanto tiempo trabajando y recibir esa negativa hizo que comenzaras a cuestionarte.
¿Serviré para esto?, ¿será que no soy lo bastante bueno?, ¿debería renunciar y conformarme?
Estas son algunas preguntas que se nos pasan por la cabeza cuando recibimos un rechazo de cualquier tipo, pero sobre todo un rechazo editorial.
Llevas meses, incluso años escribiendo esa historia, has disfrutado haciéndolo, pero también has tenido momentos de desesperación; y, por fin, cuando te decides a dejar que tu historia vea la luz, a permitir que otros la lean…, recibes un email y te das cuenta de que no es tan buena como esperabas. Deja que te diga una cosa, eso no es real. Un rechazo editorial no es el fin del mundo, no juzgues tu valía ni tu talento tan solo porque una editorial te rechace.
Hay muchos motivos por los que puede haberlo hecho: tu historia no encaja en su catálogo, no lo has enviado a la editorial adecuada, no es lo que están buscando en este momento… Date cuenta de que las editoriales reciben cientos de manuscritos al día y que simplemente con una lectura muchas veces rápida de los primeros capítulos tienen que decidir si ese manuscrito encaja o no en su catálogo.
Por ello en este artículo quiero darte cinco estrategias que te ayudarán a enfrentarte a ese rechazo editorial y no morir en el intento.
Las editoriales no siempre te envían un email de rechazo, de hecho, si recibes alguno de estos emails eres muy afortunado. Menos improbable aún es que dentro de esos correos te den alguna explicación sobre el porqué han rechazado tu propuesta.
Así que si has recibido ese email en el que la editorial te da alguna indicación, por pequeña que sea, de la razón por la que han desestimado publicar tu manuscrito, por favor, no la ignores. Coge esa información y utilízala para mejora y no cometer los mismos errores.
Te pongo mi ejemplo, he mandado mi manuscrito a tres editoriales, no esperaba respuesta de ninguna de ellas, a pesar de que suelen tardar unos 6 meses en dártela, en el caso de que lo hagan, y el tiempo aún no ha transcurrido. Sin embargo, dos de ellas me ha contestado.
Una simplemente me dijo que mi novela no encajaba en lo que estaba buscando, pero la otra me dio una explicación, y esa pequeña explicación hizo que no me viniera abajo.
Leer las palabras «tu novela tiene potencial» y la explicación del porqué no encajaba en su editorial hicieron que el sabor amargo del rechazo, no fuera tan amargo.
No pasa nada si lloras, de verdad está bien. Si tienes a alguien con quien hacerlo mejor todavía, no tengas miedo de sentir el dolor del rechazo ni de exteriorizarlo. Puede que te sientas solo, que los que están a tu alrededor no te comprendan, pero la realidad es que muchos pasamos por esto, así que NO estás solo.
Por lo tanto, no te quedes ahí, sumido en tu miseria, regodeándote en el dolor. Tómate el día, la tarde o el fin de semana para sacarlo fuera, pero después sigue adelante. Recuerda, ese rechazo, no es lo que vales; ese rechazo, no significa que tu novela sea mala; ese rechazo, es solo una prueba más de que la vida no es fácil y de que te va a tocar luchar por tus sueños.
Y, probablemente, tengas que hacerlo con más ahínco que si tuvieras otro tipo de sueño diferente al de ser escritor, porque esta es una profesión difícil y si a la primera de cambio te hundes, nunca podrás lograrlo. Así que, sí, llora, grita y, como te he dicho, tomate el tiempo que necesites para hacerlo, pero una vez lo hagas vuele al trabajo.
Enlazando con el punto tres, el punto cuatro es muy simple, sigue escribiendo.
Sé que en este momento te sientes mal, también sé que lo que menos te apetece es sentarte y trabajar en una nueva historia, total, para qué. Créeme lo sé porque estoy en ese punto.
Pero hazlo, sigue escribiendo, si no es una historia, porque no te sientes preparado, haz como yo y escribe en tu blog, en tu newsletter, en tu diario… donde quieras. Pero escribe.
Eso hará que poco a poco vayas sanando y que cuando leas lo que has escrito y veas que te gusta, que se te da bien y que disfrutas muchísimo mientras lo haces. Volverán esas ganas de empezar una nueva historia o continuar la tienes a medias. No importa si en lo que estabas trabajando o lo que quieres empezar es un relato, un libro o, como te digo, la newsletter de la semana, estoy segura de que volverás a ello con más fuerza.
Lo sé, en este momento sí lo es, pero nada es tan malo como parece.
Aunque publicar con una editorial tiene que ser algo increíble, hay otros caminos. Sé que todavía existe el pensamiento de que un autor no es autor de verdad hasta que le publica una editorial. Que los libros de los autores autopublicados no tienen tanta validación social como los que son publicados por editorial, pero déjame decirte una cosa. En una sociedad como la que vivimos ahora, donde todo está tan masificado, la mayoría intenta labrarse su propio futuro.
Al final las editoriales te dan muchas cosas buenas, como he dicho validación social, publicidad…, pero también te quitan, en muchas ocasiones, tu capacidad de decisión con respecto a tu novela. Puede que no puedas decidir sobre tu portada y mucho menos sobre cuando saldrá a la venta y no me niegues que hacerlo no sería un sueño hecho realidad. Así que, si tienes claro que quieres publicar tu novela, no te rindas y haz todo lo necesario para conseguirlo.
Puede que la autopublicación sea lo que necesitas. Yo cada día valoro más esa opción.
Has escuchado a las editoriales, en el caso de que te hayan dicho algo interesante; has aceptado el rechazo y has llorado por ello; has vuelto a escribir y has pensado qué quieres hacer con tu manuscrito. Es hora de tomar una decisión.
Puedes volver a leer tu propuesta, por si hay algo que mejorar; puedes volver a leer tu manuscrito, y enamorarte así de la historia de nuevo; o puedes, simplemente, seguir y decidir qué hacer con él.
Si quieres seguir intentándolo por la vía editorial adelante, no es mala opción, ya has experimentado el fracaso y has visto que no es tan malo como parece. Pero si prefieres autopublicar, también está bien, créeme sé el miedo que da. Autopublicar no es barato y la publicidad de la obra corre por tu cuenta, aunque con las editoriales también tendrás que hacer tú mismo gran parte de la promoción. No va a ser fácil, sobre todo si no tienes muchos seguidores en redes, pero tampoco imposible.
Así que, tomes la decisión que tomes estará bien, simplemente sigue trabajando en ella y no te rindas por nada del mundo. Yo estaré esperando a que un día me cuentes si lo has logrado.