Me encanta escribir. Llevo muchos años haciéndolo para mí misma, pero ahora he decidido compartir mis palabras con los demás.

Seguramente te preguntes por qué, y la respuesta es muy sencilla.

Hace un par de años dejé mi trabajo. En ese momento me sentía un poco perdida y no tenía claro a qué quería dedicarme.

Había estudiado dos carreras, y ¿sabes qué? Nunca había trabajado de ninguna de ellas.

Por eso, sabía que no quería perder el tiempo. Necesitaba conocerme mejor, y fue entonces cuando me di cuenta de que las palabras son mi fuente de comunicación y la de muchas otras personas.

Además, entendí que escribir bien es crucial (especialmente si quieres publicar un libro), y deseaba con todas mis fuerzas dedicarme profesionalmente a algo relacionado con ello.

Terminar mi novela y dejar mi trabajo fue un punto de inflexión en mi vida, el momento en el que decidí tomar las riendas de mi destino.

Empecé a pulir el manuscrito de mi primera novela, lo envié a un corrector y registré los derechos de autor.

Todo esto fue un proceso largo, ya que en ese momento me costaba darle a mi novela el valor que realmente merecía. El Síndrome del Impostor estaba demasiado presente.

Como no quería perder más tiempo, decidí buscar el rumbo que quería darle a mi vida. Fue entonces cuando descubrí el curso Itinerario de Corrección Editorial en la escuela Cursiva y me apunté.

Por aquel entonces también decidí que quería que mi novela llegara al mundo, para que cualquier persona que quisiera, pudiera leerla.

Un año después de esa decisión, sigo en ese camino. He reflexionado mucho sobre qué hacer con mi novela: autopublicar o intentarlo por la vía editorial.

De momento no tengo la respuesta definitiva, pero ya estoy escribiendo mi segundo proyecto.

¡Y ESTO ES SOLO EL PRINCIPIO!